Este Paso A Paso muestra un proyecto hecho para una clienta importantísima… ¡mi hija! Como os conté hace poco, acaba de cumplir dos años y esta cocina es uno de los regalos que llevo tiempo planeando. Tal como os enseñé en el reportaje de inspiración, hay muchas posibilidades para transformar un mueble en una cocina infantil. Yo decidí hacer uno más bien grande (tomando en cuenta la cantidad de objetos de cocina que tiene y el hecho de que me puede servir de almacenaje para otros juguetes si hace falta). ¡¿Empezamos?!
Un mueble sencillo, chapado, con patas de teca maciza. Sin ninguna característica especial (a mí me gustaron sus patas, por eso también las dejé en su color natural). Podría tener mil aspectos y servir para mil cosas. Y después de todas las manos por las que ha pasado, al final llegó maquillado y completamente transformado, a la habitación de Júlia…
Herramientas y Materiales
Sierra
Dremel o taladro
Destornillador
Martillo
Cutter
Regla
Metro
Nivel
Lápiz
Formón
Pincel
Rodillo
Pintura base
Pintura esmalte al agua – lila, mint, negro y blanco
Pintura en spray
Barniz incoloro
Cinta de papel
Masilla para madera
Espátula
Decapante
Lana de acero
Alcohol
Papel de lija
Tapaporos
Tela
Cola en spray
Cola de contacto
Grifo
Un bol como fregadero
Reductores de cocina para cafetera
Escuadras metálicas
Tornillos
Imán para puerta
Se me ha acabado el aire…
Lo primero que hicimos fue planificar. Dibujar, medir y pensar dónde iría cada cosa y cómo sería… Una vez lo tuvimos claro empezamos por reducir la parte superior del mueble en más o menos dos tercios. De tal forma hicimos sitio para el fregadero y para la cocina de dos fogones. Medir, marcar y cortar…
A continuación, sacamos el respaldo. Lo hicimos por dos razones: primero porque nos facilita bastante la tarea de la pintura y segundo porque decidimos forrarlo en tela. Lo hemos forrado con una sabana floral vintage con la ayuda de una cola en spray.
La puerta de la derecha la asignamos como horno. Así que le cambiamos la dirección de apertura para que abra como lo hace un horno. Sacamos las bisagras de la izquierda y les hicimos sitio abajo. Cambiamos la ubicación del tirador, tapando los viejos agujeros con masilla y haciendo unos nuevos con el dremel. También añadimos un iman para que aguantara bien cerrada la puerta.
Con el material que nos sobró del primer corte hicimos más estanterías y la placa de los fogones. Pintamos todo en un color base – capa de imprimación; todo menos las patas. La estructura de las patas la decapamos y lijamos y le dimos dos manos de tapaporos.
Lila es el color favorito de Júlia así que no me cabía duda y le dí dos capas de un tono pastel. Marcando y pintando en blanco y negro hice una simulación de un horno. La otra opción era cortar un cuadrado en medio de la puerta pero como no es maciza no podía ser. Pinté la placa de fogones en mint y añadí botones que pinté con spray en color melocotón. Le di a toda la estructura dos manos de barniz incoloro al agua. Al final solo faltaba conectar el puzzle… Pegar los fogones y el fregadero, agujerear y conectar el grifo y los botones y colocar el respaldo forrado en tela. Voilà, he aquí el resultado final.
Júlia, como podéis imaginar, está la mar de contenta con su nueva cocinita, haciendo pastelitos a la plancha y sopas de Kleenex; poniendo a lavar los animales de la granja y preparando café para las gatas. Se nota que sigue los pasos de su madre…