Una de mis combinaciones favoritas hicimos en este sillón nórdico de los años 50. Esta tapizado en combinación de dos telas: una tela tipo chenille en diferentes tonos de gris y otra de terciopelo fino de color mostaza.
Este sillón de los años 50 recibió un cambio de forma. Las líneas rectas y acentuadas junto con la tela geométrica le dan un aspecto más sofisticado y moderno.
Esta butaca de una clienta- era, y se queda un clásico. La tela elegida sigue el estilo de la butaca y a la vez le da un aire fresco que acentúa la estructura de madera
Este sillón Mid Century de los años 50 también recibió un tratamiento adecuado a su estilo. Cojines nuevos, sin capitoné, con fundas de estampado tropical que aporta vitalidad a cualquier ambiente. Interesante ver que formaba parte de un conjunto con un sofá que recibió un aspecto muy diferente.
Esta silla (en realidad son una pareja) esta tapizada con pelo sintético, muy suave y agradable, para dar contraste a su estructura de metal cromado. Una combinación que destaca y marca la diferencia en el ambiente al que acompaña.