Hace un año empecé a enseñar en este blog el Antes y Después de nuestros trabajos de restauración, renovación y tapicería de muebles. Es una de las secciones que más me gusta, más me motiva y me emociona cada mes de nuevo. Revisando los artículos pasados decidí elegir algunos ejemplos, algunos más antiguos y algunos muy recientes, para mostrar los diferentes tratamientos de pintura que recibieron algunos muebles en nuestro taller.
Existen muchas técnicas de pintura, variedad de acabados, tipos de pintura y herramientas; el chalk paint, el spray y el esmalte; el decapado, enmascarado, lavado, envejecido… la brocha, el rodillo y la esponja y más y más y más. Pero no de técnicas ni de tipos de pinturas quiero hablar hoy, sino de cómo decidir la forma de pintar el mueble según sus características.
Para tomar la mejor decisión previamente tenemos que tener en cuenta lo siguiente:
El tipo de mueble – Si es una mesa, una silla o una cajonera. La forma, el tipo de superficie y la utilidad que le daremos es una información esencial a la hora de pensar en formas de pintar.
El estilo del mueble – Si es Mid-century o Clásico, con lineas rectas o curvas, si es liso o con ornamentos.
El tamaño del mueble – Importante para tener en cuenta el impacto final del color.
El tipo de madera de la cual está hecho – Maciza o chapada, con veta bonita o una sencilla que procuraron disimularla con un barniz oscuro. En muchas coacciones no lo sabremos hasta que hagamos un intento de decapar la pieza.
El tipo de acabado existente – Si es posible de quitar o decapar, si se puede recuperar, si es apto para capas de pintura o requiere algún tratamiento previo.
Su estado general – Gran cantidad de agujeros de carcoma, falta de trozos de chapa, mordiscos de perro, manchas de cualquier tipo etc. Posibles zonas que preferimos tapar con pintura para disimular y tapar su estado deplorable tras un arreglo fácil.
Pintura lisa uni-color. El blanco es un clásico con el cual casi nunca puedes equivocarte a la hora de pintar tus muebles. Pero un color llamativo y radiante da a la pieza un look único y y de gran impacto decorativo. Si la pieza es clásica la combinación con un color llamativo es aun más divertida y sorprendente.
Combinación de color y madera. Combinar madera y pintura en el mismo mueble es uno de mis grandes amores, combina mis dos pasiones: la restauración y la renovación. Es una buena forma para realzar y destacar ciertas zonas creando un dialogo interesante de material y color.
Este mueble es un ejemplo paradigmático sobre las características que hay que tener en cuenta antes de tomar la decisión. La sencilla y bonita marquetería de cuadros estaba escondida tras capas y capas de barniz oscuro y encontrarla fue una gran sorpresa. Una vez vio la luz del día tuve claro que la quería hacer lucir en vez de esconderla, lo que influyo mucho a la hora de decidir qué zonas del mueble pintar.
Destacando una parte concreta del mueble. En caso de mesas la división tiene una formula bastante fácil – por norma general os recomiendo pintar las patas dejando la parte superior en madera. Aparte del efecto decorativo que crea la relación proporcional entre el color y la madera, la superficie de madera es más resistente y se notan mucho menos los golpes, arañazos y otros posibles daños. Como la mesa de comedor está expuesta a muchos usos diferentes, es mejor que la superficie quede cuanto más protegida mejor. En el caso de esta mesa no cabía ninguna duda, ya que el sobre consistía en una marquetería con mucho encanto.
Usando un estencil. Sinceramente no suelo usar estencils en los muebles que restauro pero en este caso lo vi imprescindible. Una cajonera da mucho juego; tiene mucha superficie lisa, pero por estar separada no resulta cargado. Se puede mirar y tratar cada cajón por separado o como una unidad. Este es uno de mis recientes trabajos y tal como véis, en este caso, al contrario de la mesa, el mueble está pintado y las patas se quedaron en madera.
Blanco decapado. No es ninguna novedad utilizar esta técnica y hay varias formas y maneras de conseguir este tipo de resultado. En el caso de esta mesita auxiliar pintarla fue casi una necesidad. No me entendáis mal; hay pocas piezas que no se puedan restaurar a la clásica, pero hay muchas que no valen la pena, ya que es un trabajo mucho más complejo, requiere más tiempo, material, técnicas y paciencia, y eso lo convierte en más costoso también. Esta mesa no era de mucha calidad, le faltaban muchos trozos de chapa, tenía mucha chapa levantada, muchos agujeros de carcoma y la pintura parecía una forma de poder tratar todos estos asunto de forma más sencilla y más rápida. Aun y así quería darle algo de la magia antigua; así que, tras darle unos toques de cera y pintarla en chalk paint color blanco roto, procure decapar zonas estratégicas, vulnerables y sensibles.
Pupurrí de técnicas y formas: Un color por fuera y un color por dentro; decapado de varios colores y un dip dye – este armario tiene de todo. Empezamos por abajo – este efecto de decapado avanzado de varios colores es más fácil de conseguir que crear, y es lo que determinó la forma de pintura elegida para esta pieza. Empezando a decapar me di cuenta de la cantidad de capas de pintura que habían y en vez de luchar contra ellas e intentar eliminarlas, decidí aprovecharlas. Aun y así, este nivel de decapado para toda la pieza me pareció demasiado cargado, así que decidí pintar la parte superior en un color complementario. El gran reto fue mantener los dibujos originales de las puertas, pero valía la pena.
Multi combo de tres colores. Elegí mostrar esta vitrina porque es un ejemplo perfecto sobre el uso de las características del mueble. Sabiendo que vamos a usar tres colores distintos y con los tonos finales ya elegidos empezamos a marcar con cinta las distintas zonas del mueble para crear una armonía entre los distintos trozos pintados. Marcos exteriores, marcos interiores, ornamentos y elementos decorativos todos forman parte de este conjunto elaborado.
Dip dye y dip dye al revés. Sumergir la pieza en pintura es un poco complicado pero crear el efecto es bastante más sencillo. Marcando con cinta una imaginativa linea recta entre los barrotes de la silla ya decapada y lijada y pintando con cuidado por arriba o por abajo según el efecto que queréis dar. En el caso de este juego de sillas de cocina decidí hacer un mix de proporciones, así que algunos recibieron gran cantidad de blanco mientras otros recibieron solo un toque en la parte superior, creando así un juego entre ellas como si fuese un puzzle mal montado.
Está claro que formas de pintar hay sinfín; aquí en el blog seguiré enseñando técnicas y consejos de las diferentes posibilidades. Si tenéis alguna pregunta en particular me podéis dejar un comentario o contactarme en nuestro facebook.
Mientras tanto podéis mirar los diferentes trabajos hechos en la sección del Antes y Después y ver procesos con más detalles en la sección de Paso A Paso.
¡Feliz viernes y buen fin de semana!